Fuma y vuela: Un paseo hasta el infinito

Hay días en los que te levantas y crees que va a ser un día como todos.
La misma rutina de siempre, ir al instituto, dar un abrazo a esas personitas que hacen que todo se te haga mas llevadero, hacer como que prestas a tención y comprender todo lo que te estan contando aquellos señores que seguro que tienen las mismas ganas que yo de estar ahi dentro de una sala con cuatro paredes, en la cual está todo lleno de pupitres, al fondo una gran pizarra blanca y cinco ventanas que sirven para escaparse un poco de aquella monotonía.
Pero después de que sales de esa sala de cuatro paredes, te sientes cansada, sin ganas de hacer nada, pero claro cada uno tienes sus obligaciones y tienes que ir a la dichosa academia para intentar no suspender matematicas por segunda vez.
Ya por fin, sales de allí y dejas atrás frases como " no se hacer esto" "no entiendo nada" "suspendí otra vez". Te diriges a casa a intentar concentrarte para estudiar, pero de pronto ves que te esta esperando aquella persona en la que de pronto te hace sacar esa sonrisa de oreja a oreja y que te hace que olvides todo en un momento y solo te concentras en él.
Y agarrada de su mano empiezas a dar un paseo hasta el infinito....